Resulta que mientras yo comía en el lugar de costumbre, una especie de repisa que da directamente al mar con un ángulo de mar de aproximádamente 160º, he notado una perturbación en forma de sonido de la PAZ a la que estoy a costumbrado en ese horario, a mis espaladas un saludo sonoro e indescifrable ha hecho que me girara, en eso que me encuentro con una muchacha de amplísima sonrisa saludandome en la distancia alegremente.
En ese mismo instante en que me giro, me vienen pensamientos, lógicos por la situación, a mi cabeza, ¡¡anda!! y yo a esta mujer ¿de que la conozco?, conforme me voy levantando para ponerme a su altura sigo pensando, venga José Enrique recuerda que parece que te conoce de toda la vida, hago un recorrido mental de mis 28 años de existencia a la velocidad de la luz y como resultado en ROJO NEGRITA aparecen unas palabras en mi mente NO RESULTS (es que últimamente procuro tener el Sistema Operativo de mi cabeza en Inglés para esforzarme en aprenderlo, y comienza la conversación....
Resulta que es una becada venida de la Coruña que no me conoce, pero le han dicho que soy nuevo en la empresa y el lugar donde como, así que ni corta ni perezosa en cuanto me ha visto a venido a saludarme amistosamente...
He de reconocer que ha sido interesante, y agradable, pero sobretodo ha sido ilustrativo, ¿Por que la mayoría de nosotros somos incapaces de ser agradables, simpáticos y abiertos con gente que no conocemos?... ¿Deseamos un mundo lleno de gente como ella, o lleno de gente con miedos y retraida?...
Recuerdo una anécdota que me contó María sobre un chaval que de alguna manera días antes de yo conocer a María le ayudo él a ella a conquistarme. (¡¡¡TOMA REBUSCADO!!! si alguien se pierde que me lo diga).
La cosa es como sigue, dias antes de conocer a María un desconocido con muy buen gusto se le acercó y le dijo guapa (o algo así), ella que no se esperaba dicha reacción de un desconocido lo miró con cara extraña. Pero minutos después reflexionó, y se dijo a si misma (y por que no le he sonreido con lo que me acaba de decir, a ver si la proxima vez no soy tan arisca con los desconocidos), y resulta que la fortuna estaba de mi parte y días después, el siguiente desconocido al que le presentaron fuí yo, ella consecuente con sus reflexiones me obsequió con una sonrisa llena de complicidad y naturalidad...
Moraleja "Sonrie bien y no mires a quien" no sabes cuan gran favor puede una sonrisa tuya hacerle a un desconocido.
Saludos.
José Enrique.
Para muestra un botón....

Ey Jose, veo que al final, tras el paron del otro servidor cambiaste de blog!! La verdad es que a mi me gusta mucho mas el aspecto de este nuevo, mas colorido, con ese amarillo de fondo tan alegre, me gusta me gusta.
ResponderEliminarEn cuanto a tu entrada tienes toda la razon, pero esto tambien depende de la ciudad en la que estes, si es en madrid no cuentes con que nadie te ayude o sea amable, sin embargo aqui en Tenerife las cosas son un poco diferentes, aunque solo un poco.