5 mar 2010

Cuando uno quieres escribir algo pero nada tiene que escribir...

Hoy es un día de esos, un día en los que uno desea transmitir pero no sabe que transmitir, apalancado delante del ordenador a punto de iniciar los planes planeados hacia la tarde-noche, con una sensación de querer escribir pero nada que escribir, de nada serviriía que os escribiera sobre que voy a hacer ahora luego, o mañana, que hice ayer, o que haré la semana que viene por que lo que yo quiero escribir va más allá de lo que mis planes os puedan transmitir, es mi deseo activar mentes, la mia, la vuestra la de ellos...  pero hoy es un día de esos en los que uno aunque quiera transmitir no tiene nada que decir.

 Tampoco es mi deseo a pesar de lo personal que pueda resultar este blog de hablar de particulares emociones, o sensaciones, activo y quizás desactivado temporalmente quizás una hora de vacio existencial que rápidamente podría ser llenado con el vacio que te deja una hora de ver la televisión ¡¡NO QUIERO ESO!! pero tampoco es mi deseo que esta hora pase sin alma ni gloria como si fuera una hora de menor valor que las demás.

Pudiera hacer tareas de esas que tenemos todos, cosas que simplemente hay que hacer, pero tampoco, no deseo invertir esta hora como parcheada por los atavios de la vida diaria, ya han pasado 15 minutos de esta agotadora hora.

Pueeeeeeessssssssss visto que esta hora va a ser de todo menos productiva, usémosla para relajación personal ¿cómo? mmmm una ducha sin prisas, lectura de algo insustancial, ir a donde voy a ir con la tranquilidad que uno nunca se toma para ir a los lugares donde uno va.


(Y ya han pasado 25, al final iré con prisas ya veréis)

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